Archivo de la categoría: Reliquias de la Vera+Cruz

Artículo: Reliquias y relicarios del Lignum Crucis (Iª parte)

 

Mano de San Marcos en el Museo de la Basílica de Venecia

El culto a las reliquias parte de la primitiva iglesia paleocristiana, y estuvo relacionado con los santos mártires. En los primeros tiempos parece ser que las comunidades cristianas guardaban algún recuerdo de aquellas personas que habían sufrido el martirio, tales como objetos que les habían pertenecido, o trozos de sus ropas.

No obstante, de estos primeros siglos de la Iglesia no quedan reliquias con una historia verídica continuada, aunque sí nos quedan algunos de los recipientes en los que se supone eran conservadas.

De estos recuerdos de mártires, así como de los hombres considerados santos se comenzó en la Iglesia Oriental a establecer un culto que pronto se corrió a Occidente, y a aquellos restos de ropas y objetos pronto se añadieron restos humanos, tales como dientes, huesos y todo aquello que resistía a la destrucción del tiempo.

Con el correr de los años aumentó de una manera considerable el culto a las reliquias, las cuales fueron un importantísimo elemento dentro de la religiosidad popular, recibiendo una veneración en muchos casos comparable a la de la Eucaristía. Las reliquias se alojaban en preciosos recipientes, y recibían culto no sólo en los templos, sino que también se sacaban en procesión en diversas ocasiones a lo largo del año, especialmente el día del Santo Titular, en el día del Corpus Christi. Podían también salir en procesión en ocasiones extraordinarias, bien para implorar la lluvia, para proteger las cosechas, para festejar a algún visitante real, o bien en otras festividades.

La llegada del Renacimiento con su sentido razonador y científico supuso un leve descenso en el culto a las reliquias, pero no su desaparición. Se promovieron por el contrario los cultos directos a las imágenes, y sobre todo se destacó enormemente el culto a la Eucaristía a partir de Trento, aunque ya desde el siglo XIV, con la expansión por Europa de la fiesta del Corpus Christi, el culto al cuerpo real de Cristo había ido en aumento, destacándose de una manera considerable la construcción de enormes relicarios – las custodias de torre – para alojar y mostrar el cuerpo de Cristo.

Conde-Duque de Olivares

No obstante, el culto a las reliquias de los santos siguió existiendo, y como consecuencia siguieron construyéndose bellos recipientes para contenerlas a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII, comenzando su verdadera decadencia en la segunda mitad de esta última centuria. Uno de los ejemplos de la afición a las reliquias en la Edad Moderna lo hallamos en la familia del Conde-Duque de Olivares, cuyos antecesores ya iniciaron la recolección de reliquias, que fueron acrecentadas por él mismo, construyendo una capilla dedicada a ellas en su iglesia de Olivares – hoy parroquia-. La capilla se halla cubierta de estantes en los que se alojan más de 80 relicarios, entre los que se encuentran las más sorprendentes reliquias, como por ejemplo una moneda de las que componían las 30 por las que se vendió a Cristo. La moneda en realidad no es de plata sino de oro, y corresponde a un emperador bizantino que reinó entre fines del siglo VII y principios del VIII 1.

Sin embargo, el culto a las reliquias continua su camino descendente durante el Barroco, época en la que la piedad popular necesita imágenes visibles y expresivas de los santos, y no pequeños y misteriosos objetos que prácticamente son invisibles para el pueblo.

Parroquia Santa María de las Nieves de Olivares (Sevilla)

A las reliquias se les atribuyó siempre un poder benefactor para el que las veía o tocaba, o simplemente rezaba ante ellas, y para ello era bueno no sólo contemplarlas en los templos, sino tenerlas también en las casas, dentro de cajitas o retablitos, en los que además de las reliquias había imágenes de la Virgen o de Cristo, o incluso del mismo santo al que pertenecían las reliquias.

Las reliquias se llevaron también colgadas al cuello, o a la cintura para preservarse de las enfermedades, costumbre ésta muy habitual en los niños, que tuvieron hasta los comienzos del siglo XX un altísimo índice de mortalidad.

1 Morales, A.: Sanz, M.J. Serrera, J.M y Valdivieso, E.:. Guía artística de Sevilla y su provincia, Sevilla, 1981, 2ª ed.,, 1989, pp. 304. La moneda corresponde al emperador Tiberio II que reinó entre el 698 y el 705.

Por María Jesús Sanz
Catedrática Titular de Historia del Arte
Universidad de Sevilla

Bibliografía: Las Cofradías de la Santa Vera Cruz. Actas del I Congreso Internacional de Cofradías de la Santa Vera Cruz.

El Lignum Crucis de Constantino de la catedral de Sevilla

Fotografía: Museo de la Catedral de Sevilla

Un día del año 1482, una comitiva procesional, presidida por el arzobispo Pedro González de Mendoza, conocido como el Gran Cardenal de España, salió de la catedral de Sevilla y, extramuros de la ciudad, en San Bernardo, acogió la llegada a la ciudad de una preciosa reliquia, que desde entonces enriquece el tesoro artístico de la catedral hispalense. Es el lignum crucis llamado de Constantino, que pertenecía al anterior arzobispo Fonseca el Viejo.

Una bella leyenda se cierne sobre este lignum crucis, que contaré, y, de paso, señalar los otros lignum crucis que posee la catedral de Sevilla. Que en esto también es rico el templo hispalense, al guardar en su tesoro tres preciosas reliquias del leño de la cruz. Decía Voltaire que, si se reunieran todos los fragmentos que a lo largo de la historia se han repartido del lignum crucis, se podría construir un barco. Pero Voltaire fue un descreído, al que no hay que hacerle caso. Rohault de Flery, en su Mémoire sur les instruments de la Passion (París 1870), hizo un inventario de todas las reliquias del lignum crucis que se veneran en el mundo cristiano y alcanzan a cubrir una mínima parte de una cruz normal. Que, por cierto, según examen microscópico de muchos de estos fragmentos, era de madera de pino. Digo pues que la catedral de Sevilla cuenta con tres lignum crucis, engastados en bellísimos relicarios. El más antiguo, del arzobispo Pedro de Albornoz, fue donado a la catedral por este prelado poco antes de su muerte, en 1389. El segundo, ya mentado, del arzobispo Alonso de Fonseca. El tercero, un lignum crucis con el pectoral del papa Clemente XIV, perteneció al arzobispo Francisco Javier Delgado y Venegas, que gobernó la diócesis de Sevilla de 1776 a 1781.

El relicario del lignum crucis de Cons­tan­tino es el más apreciado por la historia entrañable que encierra. Pero comencemos por el principio, para entendernos mejor.

Hay que remontarse al siglo IV. Santa Elena, madre del emperador Constantino, ha llegado a Palestina y se ha convertido en una devota exploradora de los Santos Lugares. En Jerusalén hace levantar la basílica de la Anástasis (que significa Resurrección; basílica también llamada del Santo Sepulcro) sobre el sepulcro de Cristo. Y en el monte de los Olivos y en la gruta de Belén hizo construir otras basílicas.

A partir de este momento la historia se introduce en la leyenda. Cuenta san Ambrosio que santa Elena exclamó al llegar al Calvario:

–¡He aquí el teatro de la lucha! Pero ¿dónde está el signo de la victoria?

Y relata cómo santa Elena llegó a encontrar el leño de la cruz junto al sepulcro del Señor, basándose en la costumbre de los judíos de enterrar en el mismo lugar de le ejecución, junto al malhechor, los instrumentos del suplicio.

Santa Elena halló tres cruces. Ocurrió en el año 326 o, según la crónica de Eusebio, en el 328. ¿Cómo supo cuál era la del Señor? Pasaba por allí un funeral y la santa hizo poner sobre el muerto una tras otras las tres cruces. A la tercera fue la vencida. Al tocar la cruz sobre el difunto, el muerto resucitó. Este hallazgo ha sido celebrado en la Iglesia con la fiesta de la Invención de la Santa Cruz, que se celebraba en la liturgia anterior al Concilio Vaticano II el 3 de mayo. Y dio lugar en nuestra tierra a las famosas Cruces de Mayo. El cardenal Mendoza, que acude extramuros de Sevilla a recibir la cruz de Constantino, era un especialísimo devoto de esta fiesta. Tal vez por un hecho casual: su nacimiento en Guadalajara ocurrido el 3 de mayo de 1428. Llevado de esta devoción, el Gran Cardenal de España hizo construir en Sevilla la iglesia de la Santa Cruz, que dio nombre al típico barrio sevillano, derruida durante la ocupación francesa en el siglo pasado.Pero volvamos a santa Elena, siglo IV. Hizo tres partes con la cruz del Señor. Una la dejó en Jerusalén y las otras dos las envió a Constantinopla y Roma. Una astilla engarzada en una pequeña cruz fue colocada por ella en el cuello de su hijo Constantino, que le acompañó hasta el sepulcro.

Cuando en 1453, Constantinopla cayó en poder de los turcos, la tumba de Constantino fue profanada y la cruz que diera a su hijo santa Elena pasó a poder de un sátrapa al que se la compró un legado pontificio, que la entregó al Papa, y éste –cuenta Morgado en su Historia de Sevilla– «discurriendo el tiempo, la envió el Papa al Rey de España», que lo era Juan II, rey de Castilla. Este a su vez la regaló a Alonso de Fonseca el Viejo.

Si esto es así, como cuentan las viejas crónicas, el Papa no puede ser otro que Nicolás V (1447-1455) y hubo de darse prisa, sin discurrir mucho tiempo como sugiere Morgado, en conceder esta preciosa reliquia al monarca castellano, ya que Juan II muere en 1454, un año después de la toma de Constantinopla.

Dice Morgado que Fonseca el Viejo, «perplejo y dudoso consigo mismo (sobre si la dicha Cruz fuese verdaderamente del Madero de la Santísima Cruz, en que nuestro Redentor padecía) en presencia de la Clerecía, y de los Notarios, y Canónigos de la Santa Iglesia (protestando que no hacía, ni intentaba tal hecho con ánimo de tentar, ni de ofender a la Divina Majestad, sino por averiguar la verdad) hizo encender un Brasero de lumbre, y echando en medio de ella la preciosa Cruz, estuvo allí, en cuanto se celebró la Misa de Pontifical, con toda la Música, y Solemnidad. Y prosigue, que fue cosa de grande admiración, y digna de que se sepa en todo el mundo, ver allí la Divina Cruz (hecha ya unas vivas brasas) echar de sí un olor suavísimo, y tan divino, que convocó, y trajo sí mucha gente, de la que estaba fuera de la Santa Iglesia… Acabada la Misa, sacaron del fuego la bendi­tísima Cruz, con unas tenacillas, ni más ni menos de como fue echada en el fuego, ardiendo, sana, y entera, y de la misma manera, que la vemos en esta Santa Iglesia, y fuera de ella en Procesiones, que hace el Cabildo. La cual quiso dejar el susodicho Prelado, en su Testamento, a esta Santa Iglesia».

El Libro de las Reliquias de la Iglesia refiere la misma leyenda, añadiendo los nombres propios de los testigos presentes de la incombustión de la cruz. Cuenta que, dudando el arzobispo Fonseca de la autenticidad de la reliquia, «llamó a sus familiares, presbíteros y notario, entre ellos Enrique Tico, canónigo, Pedro Sánchez de Santo Domingo y Alonso Díaz de Cazalla, racioneros, e hizo encender copioso fuego y protestando no ser su ánimo tentar ni ofender a Dios, interim se celebraba la misa con cantores, arrojó la cruz al fuego, y encendido, dio de sí tal olor, que no sintiéndolo las personas presentes, atrajo a los familiares que estaban fuera, y, acabada la misa, la sacó con unas tenacillas y la halló intacta».

Fonseca el Viejo no residió en su sede de Sevilla, sino en la corte como consejero del rey Enrique IV, o retirado en sus posesiones de Coca o Alaejos. A su muerte, ocurrida en Coca en 1473, donó a la catedral la reliquia del lignum crucis con otras alhajas, ornamentos y tapices y códices. Pero los herederos se opusieron a la entrega. Hubo de intervenir el papa Sixto IV, que expidió la bula A supremo patre familiis, con fecha 1 de junio de 1474, comi­sio­nando a los priores de Santa María de las Cuevas y de San Isidoro del Campo, y a Miguel Sancho, beneficiado propio de la parro­quial de Utrera, para que vieran las alhajas, ornamentos, libros y demás cosas donadas por el arzobispo y que procedieran con censuras si era necesario para que los herederos hicieran la entrega al cabildo de Sevilla.

El contencioso se resolvió en 1482 y esta reliquia gozó en Sevilla de gran veneración, procesionada el día de la Invención de la Santa Cruz y en las grandes calamidades que padecía la ciudad. Por ejemplo, en años de grandes sequías, o al revés, en años de fuertes lluvias que ocasionaban el desbordamiento del Guadalquivir y riadas en toda la ciudad.

Autor: Carlos Ros Carballar
Mi Parroquia de Papel

 

 

«Nada te turbe». Añoranzas del Viernes Santo en la Vera+Cruz de Brenes

Interpretación a cargo del Grupo de Cámara de Arturo Artigas, ante el Santo Lignum Crucis, perteneciente al programa especial «Añoranza de Viernes Santo» llevada a cabo por la Muy Antigua, Piadosa, Real, Muy Ilustre y Venerable Hermandad Franciscana y Archicofradía de Nazarenos de la Santísima Vera Cruz y Caridad de Nuestro Señor Jesucristo, Santo Lignum Crucis y María Santísima de los Dolores en su Soledad de Brenes (Sevilla).

Lignumcrucis.es

La Archicofradía crucera de la Adoración Nocturna de Alcalá de Guadaira recibió una reliquia de la Vera+Cruz

Foto: Archicofradía
 
La Archicofradía de Adoración Nocturna de Alcalá, en la que, como es conocido tiene como imagen Titular al Santísimo Cristo de la Vera Cruz, recibió el pasado Miércoles Santo una reliquia del Santo Lignum Crucis, con su correspondiente Auténtica, documento que, como prescriben las normas de la Iglesia es imprescindible para que una reliquia pueda ser venerada y puesta al culto. En el texto latino del mismo, se explica que la Astilla de la Cruz Verdadera fue extraída de la misma en 1742. Y en la parte trasera de la teca aparece el lacre, que acredita su autenticidad y la mantiene intacta, lo que permite, a su vez, comunicarlo a las Autoridades Eclesiásticas.
 
Dada la cercanía de la fecha, el Cura Párroco, en uso de su potestad, propuso a la Archicofradía que el momento más idóneo para presentarla era el Viernes Santo, en el transcurso de la Adoración de la Cruz, que es parte de los Oficios de la Pasión del Señor en ese día Santo. Y así se hizo. Para ello, él mismo indicó que se colocara provisionalmente en la custodia del Corpus, hasta que se instale en un relicario definitivo.
Lignumcrucis.es

Donación de un Lignum Crucis a la Hermandad del Gran Poder de Sevilla

Fotografía: Hermandad del Gran Poder de Sevilla.
La Hermandad del Gran Poder ha recibido en los pasados días la donación de un Lignum Crucis gracias a la generosidad del Hermano de la corporación D. Enrique Vélez Cortines y su esposa Dª. Mercedes García Piñero, quienes lo tenían en posesión.
 
La auténtica reliquia extraída del árbol de la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, aparece así refrendada por S.E.R. D. Jacques Marie Achille Ginoulhiac, Arzobispo de Lyon y Vienne el 15 de abril de 1872, gracias al documento acreditativo que porta el Lignum Crucis. La reliquia, que se venera en la Basílica del Gran Poder, se presenta en un relicario-ostensorio diseñado por el propio donante, una pieza de plata con incrustaciones de pedrería y joyería, en cuyo anverso en el centro se puede apreciar una medalla de oro y brillantes con la efigie de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. Se estrenó presidiendo la mesa de Junta del Solemne Triduo a María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso durante los días 4 al 7 de marzo de 2021.
 
Destaca que en el reverso del ostensorio, cerrando la auténtica por un rosetón de plata, se inserta la medalla de la Hermandad del Gran Poder del padre del donante, D. Juan Manuel Vélez León, Q.E.P.D., Mayordomo que fue de la Hermandad entre 1984 y 1988, siendo Hermano Mayor D. Antonio Ríos Ramos.
 
La Hermandad del Gran Poder agradece a la familia Vélez García esta donación que formará parte del patrimonio devocional e histórico de la misma.
 
 

Reliquia del Lignum Crucis para la Hermandad de Loja

El pasado 19 de febrero de 2021, día de  San Álvaro de Córdoba, la Real Cofradía de la Santa Vera Cruz, Jesús Preso y Nuestra Señora de los Dolores hace realidad un sueño, materializa un importante deseo que a través de las gestiones del que fuese Secretario de la Confraternidad Nacional de la Santa Vera Cruz, Manuel Moreno Díaz hermano cofrade de la Santa Vera Cruz de Bollullos par del Condado y miembro de su junta de gobierno, consigue una reliquia del Santo Lignun Crucis para la cofradía lojeña, en una teca de bronce plateado. Sellado y lacrado por el obispo romano Giovanni Battista Rossi.  Que falleció y fue enterrado en la catedral de Pescia Italia, su escudo heráldico coincide con la lacra de la Santa Reliquia la cual esta sellada y lacrada con su hilo rojo cruzado por el reverso. En su anverso unas astillas conformando una cruz sobre una cruz y unas ráfagas divinas a sus pies la leyenda:

«Ex Lignun Crucis D.N.J.C cuya traducción es el árbol de la cruz. Así mismo el certificado de autenticidad coincide con dicha lacra. Siendo firmado y sellado el 5 de mayo de 1837».

La Real Cofradía de la Santa Vera Cruz, Jesús Preso y Nuestra Señora de los Dolores hará su presentación al pueblo de Loja el miércoles Santo día 31 de marzo a las 19:00 horas en la parroquia de San Gabriel, tras la misa de hermandad y la recepción de nuevos hermanos.

Lignumcrucis.es

El Lignum Crucis de la Hermandad de la Vera+Cruz de La Puebla de los Infantes (Sevilla)

Fotografía: David Rodríguez Quintana

La Sagrada Reliquia se encuentra en la capilla de la Hermandad de la Santa Vera Cruz, dentro de la Parroquia de Nuestra Señora de las Huertas (patrona de la localidad), a los pies de dos de los titulares de la Hermandad: Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores. Fue extraída personalmente en el año 1738, por el Patriarca Fray Francisco Antonio Correr…

El Lignum Crucis de la Hermandad de la Vera+Cruz de Dos Hermanas (Sevilla)

Fotografía: Antonio Díaz Moreno

La reliquia del Lignum Crucis de la Antigua y Real Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santo Cristo de la Vera+Cruz, María Santísima en sus misterios del Mayor Dolor y asunción a los cielos y San Sebastián Mártir, se encuentra ubicada en el Altar Mayor de la Capilla de San Sebastián, a los pies de los Titulares, el Santo Cristo de la Vera-Cruz y María Santísima del Mayor Dolor.

 

 

Lignumcrucis.es

Quinario de Rogativas y nuevo relicario para el Lignum Crucis en Chiclana

Altar de Cultos

La Hermanad de la Vera+Cruz de la localdiad de Chiclana de la Frontera (Cádiz) se dispone a celebrar un Solemne, Piadoso y Extraordinario Quinario de Rogativas por el fin de la pandemia del Covid-19 al Santo Cristo, al igual que hicieran generaciones de chiclaneros que imploraron a la milagrosa imagen del Santo Cristo de Chiclana en momentos de calamidades.

 

Las eucaristías serán ofrecidas con las siguientes intenciones.

Día 1°. Por los enfermos contagiados por el virus, por sus familiares, por quienes están en cuarentena, y por otros enfermos que ven afectada su atención por la prioridad de atajar la pandemia. Por los trabajadores de todos los centros y servicios sanitarios.
 
Día 2°. Por las personas de riesgos: niños, mayores y enfermos crónicos. Por los voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil.
 
Día 3°. Por los que están viviendo esta situación en soledad. Por los voluntarios de Caritas y Olla Solidaria.
 
Día 4°. Por el servicio de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
 
Día 5°. Por el rey Felipe VI y todos los Gobernantes, para que en estos momentos de pandemia se sientan acompañados por la oración del pueblo.
 
Asimismo, el próximo lunes 14 de septiembre, Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, será bendecido el relicario del Santo Lignum Crucis. Dicho relicario ha sido diseñado y elaborado por el prestigioso orfebre sevillano D. Joaquín Ossorio.
 
El mismo está elaborado en madera de cedro real policromada al óleo en tono verde Veracruz, símbolo de la fuente de vida del leño verde de la cruz, con incrustaciones de plata de ley cincelada y repujada sobre un basamento de plata de ley.
 
Hermandad de la Vera+Cruz de Chiclana Fra.
Lignumcrucis.es

Cultos y actos con motivo de la recepción de la sagrada reliquia del Lignum Crucis en Urda

Ampliar

La Cofradía de la Santa Vera Cruz de Urda (Toledo) celebrará un Triduo con motivo de la recepción de la Sagrada Reliquia de la Santa Vera-Cruz durante los próximos días 14, 15 y 16 de febrero de 2020.

Asimismo, destacar que el sábado día 16 de febrero tendrá lugar en el Salón de actos «Antonio Dorado», a las 20:00 horas, la conferencia «Origen y Devoción al Lignum Crucis«, que estará a cargo de D. Manuel Moreno Díaz, miembro de Junta de Gobierno de la Hermandad de la Vera+Cruz de Bollullos Par del Condado (Huelva) y ex-Secretario de la Confraternidad de Hermandades y Cofradías de la Vera+Cruz.

Estos eventos se verán aún más realzados, si cabe, con la exposición Internacional de Medallas de la Vera+Cruz, auspiciada por el cofrade emeritense D. Santiago Gallego Álvarez durante los días 22 al 29 de febrero.

Lignumcrucis.es