Lunes Santo de Infancia Crucera

En la tarde-noche del Lunes Santo, la Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y Nuestra Señora de la Soledad de Cádiz vivió un año más una jornada radiante con la  celebración de su Estación de Penitencia. El cortejo procesional, de un marcado carácter penitencial, contó con la participación de los niños y niñas pertenecientes a la Infancia Crucera, grupo que se constituyó en el seno de la corporación gaditana allá por el mes de octubre de 2017 y que desde entonces ha llevado a cabo diversas actividades de entretenimiento, además del acercamiento a la vida cotidiana de la propia Hermandad.

Los pequeños y sus responsables junto al Hermano Mayor

A quienes hemos tenido la suerte de poder acompañar a los pequeños durante esas jornadas de convivencia, no nos cabe duda que ha sido la mejor experiencia de estos meses atrás. Ser testigos de sus momentos iniciáticos como cristianos y cofrades, ya fuera viéndolos rezar ante sus Titulares, jugar en el Claustro Franciscano, visitando belenes por las calles de la ciudad, dibujar en la Casa de Hermandad o escuchar atentamente las palabras del capataz de paso, han deparado en nosotros la satisfacción de verlos sonreír y aprender en un ambiente de pureza e inocencia alejado de las complicaciones inherentes a los mayores.

Durante la Estación de Penitencia 2018

Qué mejor oportunidad que ésta para rememorar a San Marcos en el pasaje del nuevo Testamento: En aquel tiempo presentaron a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Pero Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él» Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.

Con el cirio de Gabriel «el Pescadito»

Como padre de dos cruceritos no quiero dejar pasar la oportunidad de agradecer a la comunidad Franciscana y a la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad el haber posibilitado que todo esto sea la realidad bulliciosa que es. Gracias por las carreras y la algarabía de nuestros pequeños resonando por pasillos y el claustro de la casa de San Francisco. Gracias también por permitir volver a ser niños con ellos aunque llegado el momento flaqueen las fuerzas, cuando no la paciencia… Y gracias por último, en especial, a nuestro Hermano Mayor Emilio Bienvenido Pascual por ésta su apuesta personal, a Daniel Herrera Bouza y Noemí Muñoz Jurado, en unión de los demás componentes del equipo encargado de nuestra querida Infancia crucera.

 

Javier Quiñones García
Lignumcrucis.es

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