
Queremos reflejar la bella descripción realizada por Juan López Jiménez, en la presentación que realizó de su obra el cartel de la Semana Santa de Vilches (Jaén) que está protagonizada por el Santísimo Cristo de la Vera+Cruz.
«Sobre la técnica usada les diré que ha sido realizado mezclando texturas realizadas en pinturas aguadas sobre papel negro para recrear este fondo casi de pintura contemporánea, complementados con técnicas fotográficas y acabados digitales que tanto me gustan, crear nuevos espacios sobre esta foto que elegí casi sobrenatural de mi Cristo de la Vera+Cruz, que parece gravitar en las sombras, en una obra que considero valiente, y mas cercana a lo actual que a la estética barroca que todos esperan, un cartel tenebrista, que no tenebroso. En él, la cruz se presiente pero no se aprecia, casi disipa en la oscuridad ya que la luz tenue que envuelve a Jesús, lleva todo el peso, endurece sus facciones en un calvario sombrío… el velo de tinieblas que habla la Biblia, ese que se partió en dos es que lo que quise trasladar al papel, y casi también la visión de la escena que tendría María Magdalena arrodillada a sus pies.
Noche oscura que aparece no quiere amanecer, y las lagrimas de su madre impregnan todo el cartel, regueros de dolor diluyendo casi literalmente las pinturas que envuelven este extraño caos del que El ya no forma Parte… porque El esta fuera de la escena, la muerte se encargo de ello, casi parece dormido en esa vorágine de sangre y duelo y que mana en cada trazo.
Tan solo recuerdan cada vez que lo vean expuesto en cualquier escaparate, que en el Calvario hubo de todo menos dulzura, por mas que lo escondamos entre faroles y cera prendida, entre calvarios en flor, entre bordados… por mas que intentemos ahogar los sollozos de su Madre entre los sones de mas bandas, allí no hubo mas que sacrificio y dolor por todos nosotros, pero todo no se queda aquí…»
Quizás en esos destellos blanquecinos que rescatan de la negrura la imagen de Cristo, mas que verlos como la luz que se empieza a dibujar al amanecer del tercer día y nos lo trajo para siempre hermoso e impoluto, resucitado… porque la pasión no tiene sentido sin la gloria que la sigue… que así sea.